

Debajo de la ventana. Esta opción es perfecta para aprovechar la luz natural de la estancia y sólo tener que recurrir al flexo por las noches. Además, no ocupa mucho espacio. El inconveniente es que al tener frente a nosotros la ventana, nos limita bastante a la hora de poner estanterías, cuadros o un corcho para pegar notas.
Poner el escritorio de cara a la pared. Esta es la mejor opción si tenemos que poner la zona de estudio en el salón o en el dormitorio, puesto que queda muy recogido y ocupa poco espacio. La única desventaja es que podemos tener poca luz natural o que resulte un poco agobiante sólo ver la pared.
Una buena elección del escritorio para tu lugar de trabajo, es clave para conseguir un espacio confortable y funcional.
ResponderEliminarSaludos.