La cromoterapia (estudia el efecto de los colores sobre nuestro estado de ánimo) nos indica que los colores suaves como los beiges, el azul
celeste o el malva ayudan a nuestra concentración.
La luz es fundamental, la mejor opción es tener varias fuentes de luz. Una lámpara de techo, otra auxiliar que enfoque el escritorio directamente.
Tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de diseñar un espacio cómodo donde esté todo a mano. El sillón del escritorio, tiene que estar cerca de todos los muebles.
Los adornos no deben ser muy numerosos, puesto que debemos tener suficiente espacio para nuestros papeles y trabajar cómodamente. En las paredes quedan perfectas las composiciones de cuadros con fotos de la familia o los mapas para darle un toque colonial.
¿Cómo habéis decorado vuestro despacho?
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